No hay vuelta atrás

Estoy en medio de la emoción más profunda, no siento fuerzas para seguir así. Hoy incluso pensé en algo que no tengo por qué pensar, yo lo se, pero es que se me hace tan difícil...
La vida siempre te da una de cal y otra de arena y a mi tras un tiempo de vivir en la más absoluta felicidad me ha dado una bofetada en toda la cara y me ha avisado de que no todo es de color de rosas.
Tengo fuerzas para seguir en un camino difícil, pero un camino que aunque me duela tendré que llegar a un fin, mi gran fin.
Tu podrías estar conmigo, pero ya has elegido.

Me acostumbré a quererte y tú me has fallado.

Hoy es uno de esos días en los que nada merece la pena, buscas impulsos que te hagan sonreir, pero hoy la sonrisa se ha marchado a otro lugar. En cambio las lágrimas, vuelven otro día más contigo, ya te echaban de menos y no podían estar un minuto más sin ti.

La vida a mi edad parece enormemente difícil, miramos al futúro con recelo con temor y con ganas, adornamos lo que el presente nos regala porque ahora ya no importa serlo, sino tambíen parecerlo.
A veces solo somos espejismos y eso cansa, cansa porque tu yo intimo quiere salir, quieres que le des una oportunidad, solo una para mostrarse al mundo. Hoy mi yo se ha enfadado, y tiene razón...

Me acostumbré a los colores, a las noches contigos, a las pulsasiones de mi mano, a esos ojos azules que tan felices me hacían, a que todo el mundo se parara porque solo estabas tú, a mis desplantes, a tus ausencias... Me acostumbré a dormir pensando en tí, a pensar que tendría que dedicarte el cien por cien de mi tiempo porque eso era poco para lo que yo quería.
Me acostumbré a quererte y tú me has fallado.